Historia oculta
14/10/2022 (13:38 CET) Actualizado: 14/10/2022 (13:38 CET)

¿Cuándo surgió el culto a los muertos?

Determinar el momento en el que nuestros antecesores comenzaron a rendir culto a los muertos marcaría el inicio de la creencia en la supervivencia del alma y la religiosidad

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

14/10/2022 (13:38 CET) Actualizado: 14/10/2022 (13:38 CET)
¿Cuándo surgió el culto a los muertos?
¿Cuándo surgió el culto a los muertos?

Puede parecer una pregunta intrascendente, pero lo cierto es que determinar el momento en el que el Homo Sapiens, o sus antecesores, comenzaron a rendir culto a los muertos tiene una gran importancia, ya que dicho comportamiento marcaría el inicio de la creencia en la supervivencia del alma. Es decir: el germen de la primera religión.

Para responder a esta cuestión debemos remontarnos a tiempos prehistóricos. En España, los investigadores que investigan en la famosa Sima de los Huesos, en Atapuerca, creen que los fósiles humanos allí descubiertos, que datan de hace 350.000 años y que pertenecen al llamado Homo Heidelbergensis, podrían arrojar algo de luz sobre las primeras creencias funerarias. Allí los estudiosos descubrieron –junto a cientos de huesos–, los restos de un bifaz, un instrumento lítico. Este hallazgo les ha llevado a pensar que quizá se trate de un antiquísimo ejemplo de depósito funerario: una ofrenda a los muertos. La hipótesis ha recibido duras críticas de otros investigadores, y aún es motivo de controversia.

Zona arqueológica de Atapuerca
Zona arqueológica de Atapuerca

Si olvidamos el polémico caso de Atapuerca, los estudiosos coinciden en identificar las sepulturas más antiguas con ciertos enterramientos descubiertos en Próximo Oriente, y que tienen una antigüedad de unos 275.000 años. Aquí el carácter funerario es indiscutible, pues se trata de enterramientos intencionados, y no de restos sepultados accidentalmente. Sin embargo, esto no significa que se realizaran debido a una fe en una vida después de la muerte. Es posible que tales sepulturas tuvieran una finalidad funcional, sirviendo sólo para evitar que lo carroñeros devoraran los restos de los fallecidos.

Es durante el neolítico cuando el culto a los muertos se desarrolla de forma notable

Dejemos que el reloj siga avanzando. Las prácticas de enterramiento se hacen más populares durante el Paleolítico Medio (15000-35000 a.C). Sin embargo la interpretación de estos enterramientos sigue siendo complicada, y no es posible realizar deducciones de tipo religioso, pues no se han hallado normas funerarias que se repitan, como el acompañamiento de ajuares, etc.

Hay que esperar al Paleolítico Superior (35000-12000 a.C.), para comenzar a descubrir evidencias sobre una preocupación intelectual en torno a los enterramientos. Es entonces, coincidiendo con el desarrollo del arte paleolítico, cuando los ejemplos funerarios se multiplican y el lenguaje simbólico que rodea a las sepulturas se amplia. Aparecen entonces objetos de todo tipo asociados a los cuerpos: armas, figurillas, huesos de animales, etc. También aparece ya una sustancia ocre –cuyo significado exacto se ignora, aunque es sin duda religioso–, que suele cubrir la tumba y que está acompañada por cientos de conchas y dientes de animales. A pesar de que los restos funerarios son más comunes en este periodo, las inhumaciones no debieron ser una práctica universal.

Es durante el neolítico cuando el culto a los muertos se desarrolla de forma notable, y es en esta época cuando surgen ya las primeras construcciones megalíticas con fines mortuorios. Si lo que buscamos es una evidencia escrita sobre la creencia en la existencia de un alma independiente del cuerpo, hay que remontarse a época histórica, y concretamente al siglo VIII a.C. De esa fecha data una estela de piedra descubierta al sudeste de Turquía, en la que una inscripción revela que un tal Kuttamuwa  –su propietario–, dio un carnero como ofrenda por su alma, para que tras su muerte ésta habitara en la pieza de piedra por toda la eternidad.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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