Historia oculta
23/03/2023 (08:00 CET) Actualizado: 23/03/2023 (08:00 CET)

Exploradores chinos descubrieron Australia antes que James Cook

Una estatuilla de Buda podría cambiar lo que sabemos sobre el descubrimiento de Australia

Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo

23/03/2023 (08:00 CET) Actualizado: 23/03/2023 (08:00 CET)
Esta estatuílla podría obligar a reescribir la historia
Esta estatuílla podría obligar a reescribir la historia

Corría el año 2018 cuando dos cineastas, Leon Deschamps y Shayne Thomson, se encontraban recorriendo distintos enclaves de la región occidental de Australia para elaborar un documental sobre la llegada de exploradores franceses al continente australiano. Fue entonces, mientras indagaban en uno de aquellos parajes con ayuda de un detector de metales, cuando descubrieron un tesoro inesperado: una pequeña figurilla (de unos 15 centímetros de altura y poco más de un kilo de peso) que representaba a un Buda niño.

La figurilla es auténtica y ha sido datada entre los años 1368 y 1644, durante la dinastía Ming

Desde entonces y hasta hace pocas semanas, habían existido serias dudas sobre la autenticidad de la pieza, pero con motivo de la reciente emisión del programa Antiques Roadshow (un veterano espacio televisivo de la BBC, de gran éxito en un país donde la detección de metales es una afición con miles de seguidores) los expertos confirmaron la autenticidad de la pieza. Entre los especialistas consultados por el programa se encontraba Lee Young, experto en arte asiático y director de la casa de subastas Dore and Rees, quien confirmó las sospechas de sus descubridores: se trataba de una figurilla realizada durante la dinastía Ming, en China. Además, Young apuntó la posibilidad de que aquella figura debió pertenecer a algún personaje de cierta importancia y prestigio, quien probablemente empleó la imagen de Buda para conmemorar el cumpleaños de Siddharta Gautama. Otro experto, Ian MacLeod, del Western Australia Museum, fue más allá del examen visual de la pieza, y la sometió a un análisis mediante microscopios. Después del concienzudo estudio, dictaminó: «Sin lugar a dudas, no es un falsificación».

Leon Deschamps (derecha) y Shane Thomson (izquierda) Cortesía Finn Films
Leon Deschamps (derecha) y Shane Thomson (izquierda) Cortesía Finn Films

Solucionada la cuestión de la autenticidad de la pieza, surgió entonces un nuevo –y atractivo– interrogante: ¿qué hacía aquella figurilla datada en la época Ming (1368 d.C.-1644 d.C.) enterrada en la costa australiana? Deschamps y Thomson pronto lo tuvieron claro: el hallazgo de la figura de Buda sería una prueba incontestable de la llegada de una flota de exploradores chinos a Australia mucho antes de la aparición en la región de los exploradores europeos.

Actualmente, los historiadores consideran que los primeros en llegar a suelo australiano y explorarlo fueron viajeros europeos, en especial holandeses y británicos, aunque el español Luis Váez de Torres fue el primero en atravesar el estrecho entre el continente australiano y Nueva Guinea en 1606. Poco después llegarían el neerlandés Willem Janszoon, y sus compatriotas Dirk Hartog, Gerrit De Witt y otros muchos. Finalmente, sería el británico James Cook quien, ya en 1770, realizó una de las exploraciones más extensas del continente y abrió las puertas a la colonización del territorio.

La autencididad de la figurilla podría reescribir la historia del descubrimiento de Australia

Así, pues, confirmada la autenticidad de la pieza, Deschamps y Thomson están convencidos de que su hallazgo podría «reescribir la historia», tal y como explicaron en declaraciones al diario británico The Guardian, añadiendo que, en su opinión, el Buda niño demostraría que «exploradores chinos de la dinastía Ming visitaron Australia hace cientos de años», mucho antes de que los europeos pusieran un pie en el continente. Desde luego, explicado así la posibilidad suena fascinante. De hecho, los historiadores saben que, en efecto, durante la época de la dinastía Ming la flota china surcó las aguas del sudeste asiático con la intención de alcanzar las costas africanas.

Sin embargo, no todos lo tienen tan claro. Entre las voces críticas con esta hipótesis está la de Jocelyn Chey, profesora del departamento de estudios chinos en la Universidad de Sidney. Esta especialista argumentó que aunque la figurilla descubierta por los cineastas tenga una antigüedad de 500 años, eso no quiere decir que llegara a suelo australiano hace medio milenio. Además, en su opinión es poco probable que la flota china de la época Ming alcanzara jamás las costas de Gascoyne, en Australia Occidental.

La estatuilla de Buda de la dinastía Ming
La estatuilla de Buda de la dinastía Ming

Una opinión similar defiende el historiador Paul Macgregor, conservador de Our Chinese Past Inc. Según el parecer de Macgregor, lo más probable es que la estatuilla acabara llegando a Australia a través de los pescadores chinos que arribaban a las costas del continente en la década de 1870, y que de alguna forma que ignoramos acabó enterrada en el lugar donde la hallaron Deschamps y Thomson siglo y medio después. Ante las numerosas dudas que suscita la cuestión, resulta evidente que la única forma que habría de despejar la incógnita consistiría en realizar una excavación arqueológica rigurosa en el lugar del hallazgo, con la esperanza de que algún otro hallazgo desmintiera o confirmara la hipótesis de los exploradores Ming.

Sobre el autor
Javier Garcia Blanco

Periodista y fotógrafo especializado en temas de arte, historia y viajes. Ha publicado sus trabajos en medios como El Mundo, GEO, Lonely Planet, Condé Nast Traveler Destinos, entre otros. Autor de varios libros, como Historia negra de los Papas, Ars Secreta o Héroes y villanos. Fue jefe de edición de Año/Cero, y actualmente dirige el magazine de viajes y cultura Wanderer.es

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