Misterios
09/08/2019 (11:00 CET) Actualizado: 09/08/2019 (11:12 CET)

Sigue la búsqueda del ADN de Nessie

Hallar el ADN de Nessie. Ese es el objetivo que hace un año se marcaron un grupo de investigadores, cuyo fin es obtener la huella genética del monstruo del lago Ness. Y las investigaciones continúan…

09/08/2019 (11:00 CET) Actualizado: 09/08/2019 (11:12 CET)
Sigue la búsqueda del ADN de Nessie
Sigue la búsqueda del ADN de Nessie

Los rumores acerca de su existencia han circulado durante siglos; ni más ni menos que desde hace 1.500 años. La referencia conocida más antigua sobre Nessie, la misteriosa criatura del lago Ness en Escocia, está presente en el relato de la Vida de San Columba, donde se describe que en el año 565 el santo habría salvado a alguien que supuestamente estaba siendo atacado por un monstruo en el lugar.

Allí donde se levantan las montañas grises se recorta la silueta de un castillo que vigila la bahía de Urquart, el lugar donde más apariciones se han registrado. Y es que la era moderna de este tema da comienzo en el lejano año de 1868, cuando el diario Inverness Courier hablaba en sus páginas de la inquietud que se estaba extendiendo entre los habitantes de Inverness, ante los testimonios que llegaban del «lago negro» –traducción de Loch Ness– que hacían referencia a la presencia entre sus turbias aguas de un pez de gran tamaño. Sin embargo no fue hasta 1933 cuando, ahora sí, fue visto por una pareja que circulaba por la carretera que bordea el gran lago, y que une las localidades de Inverness y Fort Williams. El tramo aún estaba en obras, por lo que el matrimonio Spicer no se extrañó al oír unas misteriosas detonaciones, que rápidamente atribuyeron a los trabajos de quienes se encontraban abriendo camino entre la montaña. Sin embargo, a los pocos segundos, un gran animal atravesó la vía, con un cuello desproporcionadamente largo y con una oveja entre sus fauces. Y quien haya viajado hasta las Highlands confirmará que aquí estos animales son muy, muy grandes. Nacía así el mito, o quién sabe si la certeza de que en el lago Ness habita un ser de otro tiempo. 

La posibilidad de que un animal haya sobrevivido y se haya reproducido durante milenios no es tan descabellado, ya que los lagos de estas tierras están conectados por galerías subacuáticas, lo que complica la búsqueda. 

Años atrás tuve la oportunidad de entrevistar al naturalista Adrian Shine a pie de lago, un hombre que lleva más de 20 años investigando y recopilando información acerca de este asunto. Él puso en marcha el Loch Ness Project, auspiciado por Nacional Geographic y encargado de recopilar toda la información que va generando el asunto. El dirigió la operación Deep Scan que se desarrolló en la década de los ochenta, y en la que participaron una docena de barcos que literalmente rastrearon con sónar de profundidad cada rincón del lago. Y pese al escepticismo manifiesto de Adrian Shine, no pudo negar que, primero, son muchas las grabaciones y fotografías difícilmente explicables; y por otro lado, que en el tiempo que duró la citada operación se lograron captar extraños barridos en las profundidades, como si una gran masa se moviese muy cerca del fondo…

adn monstruo lago ness
 

De la actualidad de este asunto ya hablaremos en otra ocasión, porque la hay. Ahora es interesante que conozcamos los estudios que ha puesto en marcha Neil Gemmil, miembro de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, ya que lleva meses intentando recoger muestras del agua para de esta forma saber qué especie animal puede habitar en él. Según ha afirmado, «nuestro grupo utiliza el denominado ADN ambiental para determinar la biodiversidad marina. A partir de unos pocos litros de agua, podemos detectar miles de especies que van desde ballenas, tiburones hasta plancton. Esencialmente todos los organismos grandes pierden células de su piel, sistema digestivo o lo que sea, a medida que se mueven en su entorno».

El científico ha estado recorriendo el lago Ness buscando los puntos en los que llevar a cabo las inmersiones para coger muestras de agua –han sido necesarias más de 60, de dos litros cada una–. El proble es que para seguir avanzando en la innovadora investigación son necesarias unas cien mil libras más de las que ya se llevan invertidas, para poder llegar a alguna conclusión. Ya hay alguna productora de televisión interesada en el proyecto. No es de extrañar: puede resolver uno de los grandes enigmas de todos los tiempos.

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