Parapsicología
15/10/2008 (07:44 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

FANTASMAS EN LA GRAN PANTALLA

Cuando se recuerdan «películas malditas» o rodajes en los que ocurrieron supuestos hechos inexplicables, suelen citarse grandes éxitos de Hollywood como El exorcista o Poltergeist. Sin embargo, el cine español también cuenta con producciones –la mayor parte pertenecientes al género de terror– en las que han tenido lugar este tipo de sucesos insólitos.

15/10/2008 (07:44 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
FANTASMAS EN LA GRAN PANTALLA
FANTASMAS EN LA GRAN PANTALLA
En los años 80, el popular divulgador de «misterios» Sebastián D'Arbó rodó una serie de películas centradas en la temática paranormal. La trama del primero de sus títulos, Viaje al más allá (1980), gira en torno a un variopinto grupo de personajes que se reúnen para narrar historias sobre fenómenos inexplicables. Y, por lo que parece, durante el rodaje también tuvieron lugar esta clase de desconcertantes hechos. Por ejemplo, D´Arbó recuerda: «Los proyectores de luz que se encontraban situados sobre la cabeza de Narciso Ibáñez Menta –padre de «Chicho» Ibáñez Serrador– estallaban habitualmente, hiriendo a algunos de los técnicos, pero jamás tocaron al actor». El director de esta película continúa con el relato de sus vivencias durante el accidentado rodaje: «Un coche de la productora que llevaba a Ibáñez Menta y creo que también al actor Ramiro Oliveros, conducido por un chófer profesional, inexplicablemente se inclinó hacia la derecha y terminó volcando. Lo más extraño es que ni siquiera se salió de la carretera. Unos técnicos que también viajaban en el automóvil volvieron a dejarlo con las cuatro ruedas sobre el asfalto y continuaron el viaje como si nada hubiese ocurrido. Ninguno de los ocupantes se explicaba cómo pudo ocurrir el accidente. Pero la historia no acaba aquí, porque, años después, ese mismo coche se paró repentinamente en el mismo lugar y nunca más volvió a arrancar».Durante el proceso de montaje, el editor, José María Aragonés, se llevó un buen susto al escuchar una voz que había quedado registrada en la banda de sonido: «Se hallaba en la sala de montaje –rememora D´Arbó– y, de pronto, a través de los altavoces, se hizo audible una voz que pronunció su nombre: ';José Maríaaaaa'. Aragonés salió corriendo a la calle y no volvió a aparecer hasta pasadas veinticuatro horas. Al día siguiente, los trabajadores del turno de la mañana se encontraron la puerta abierta y la moviola parada exactamente en la escena de la película en la que se había producido el misterioso incidente. Al final, decidimos incluir la psicofonía en el filme».ACCIDENTES Y DESAPARICIONES EN EL CORTIJO JURADOEn el caso del frustrado cortometraje titulado Un golpe definitivo viví de forma especial los extraños sucesos acaecidos, pues su director, Jorge Rivera, es un buen amigo. Profesor de Historia del Teatro y escéptico contumaz en todo lo referente a fenómenos paranormales, nunca ocultó su sorpresa por los hechos de los que fue testigo aquel año de 2003: «Yo no conocía el Cortijo Jurado, pero alguien de producción sugirió que podríamos grabar allí desde por la mañana hasta altas horas de la madrugada; así que, para aprovechar al máximo nuestros escasos recursos, decidimos hacer todas las tomas del cortijo en un solo día. Uno de los actores, el alemán Hans Meiner, se cayó por el hueco de un ascensor durante la noche. Casi se muere desangrado, el pobre; pero por suerte sólo sufrió una cojera que nos destrozó la continuidad del cortometraje. Cuando le dieron el alta, arreglamos como pudimos el guión para que la cojera tuviera sentido en la película». Sin embargo, los infortunios continuaron. «Una de las localizaciones donde habíamos grabado –recuerda Rivera– ardió hasta los cimientos. Y cuando al fin terminamos el corto y pasamos a regrabar el sonido, Hans desapareció de la faz de la Tierra, nunca he vuelto a saber de él. He escuchado todo tipo de historias sobre el asunto: desde que lo secuestró la mafia hasta que heredó una millonada y regresó a Alemania».Los accidentes continuaron en la post-producción. Tres ordenadores se estropearon cuando el corto estaba montado. «No hubo manera de sacar los datos de los equipos –me dice con tono de tristeza–. Una cuarta versión estaba en un disco duro externo, así que apagué el ordenador para darme una ducha y relajarme un poco. Pero al encenderlo, el disco estaba vacío. Se lo llevé a dos informáticos y ambos me dijeron que no tenía ningún problema, sino que alguien lo había formateado recientemente. Yo no lo hice y en casa estaba solo, así que todavía hoy no me explico lo ocurrido». ¿Tuvo algo que ver en este cúmulo de desastres el hecho de que el corto se rodara en una de las casas malditas españolas por excelencia?HISTORIAS DEL OTRO LADOÓscar Parra y Mario Bravo, de la madrileña Dehon Producciones, viajaron a Belchite para grabar el cortometraje El otro lado, el cual narra la visita al lugar de un grupo de personas deseosas de grabar psicofonías. El primero, que se reconoce un descreído irredento, me relató algunas de las experiencias que vivieron durante el rodaje, en noviembre de 2004: «Poco después de meter el equipo en la iglesia de San Martín, comenzaron los problemas. El monitor se apagaba constantemente, así que lo conectamos a un generador de 4.000 vatios, pero ni por esas. Lo curioso es que fuera del recinto sí funcionaba».Más extrañas todavía fueron las anomalías que sufrieron un operador de cámara y Parra. Éste asegura: «Teníamos baterías de 5.600 amperios, que vienen a durar unas cinco horas, y no aguantaban ni media. Pero lo realmente extraño era que el foco manual de la cámara se desenfocaba solo. Yo miraba el anillo del foco y no se movía, pero mi socio me ';cantaba' que la imagen se desenfocaba. Esto es imposible, porque alguien debe mover el anillo para que tenga lugar un desenfoque manual». En otra ocasión, Pablo Pérez, el experto en sonido, escuchó un golpe muy fuerte, «como si se cayese una puerta enorme desde el techo de la iglesia», narra el protagonista.Con el corto a medio acabar, el equipo decidió regresar a la capital de España para visionar lo grabado hasta el momento. Ante el sobresalto de los presentes, se adivinaba claramente una figura de aspecto fantasmal a espaldas de un plano del actor Pedro G. Marzo. El equipo tomó la decisión de no regresar a Belchite y terminar el corto en otro caserío abandonado. Sin embargo, los responsables de Dehon se han propuesto filmar un largometraje –que podría titularse El expediente Belchite– basado en los fenómenos ocurridos durante el rodaje de El otro lado. EL ORFANATO Y EL FANTASMA DE PARTARRÍUSituado a las afueras de Llanes (Asturias), el chalet Villa Parres, conocido popularmente como Palacio de Partarríu, es uno de esos majestuosos edificios dotados de un halo fantasmagórico que permanecen cerrados a cal y canto. Construido en 1898, su propietario, el escritor José Parres Piñera, falleció en el mismo apenas un año después de su traslado a la casa. En su interior se rodó una de las grandes sorpresas cinematográficas del 2007: El orfanato, candidata a la nominación como Mejor Película de Habla no Inglesa en los Oscar de Hollywood. La película, cuya ficción convierte al chalet en un caserón encantado, antiguo orfanato en el que se crió la protagonista –la actriz Belén Rueda–, ha estado salpicada durante su rodaje de momentos inquietantes. Al menos así lo han publicado diferentes medios de comunicación.En junio de 2006, el diario El Comercio dedicaba un artículo a los misteriosos fenómenos ocurridos durante el rodaje de la película, según declararon el director, Juan Antonio Bayona, y el guionista Sergio G. Sánchez. Éste confesó: «Al torreón del edificio no se puede subir y un día me pareció grabar una cara en la ventana de arriba. Las ventanas se abrían y se cerraban y no sabíamos quién lo hacía». RECUADRO: CORTO EN UN HOSPITAL ENCANTADOEl antiguo Hospital Xeral de Galicia en Santiago de Compostela, cerrado a finales de los 90 tras cerca de cincuenta años de funcionamiento, acogió el rodaje de un cortometraje titulado O hospital (2007). El argumento enfrenta a un grupo de atracadores que se esconden en el centro sanitario con las fuerzas malignas que lo habitan. Su director, Iván Seoane, se llevó una fuerte impresión al comprobar que el Xeral se hallaba prácticamente igual que hace años. Iván recuerda: «Se oía el batir de puertas en los pisos superiores sin que hubiera nadie allí y la batería de la cámara se descargaba continuamente». Ahora bien, lo más sorprendente todavía estaba por llegar: «Compramos un muñeco que nos hacía falta para el rodaje, pero en el momento de grabar no acababa de convencernos, por lo que nos dimos una vuelta por la guardería infantil del antiguo hospital y encontramos uno más adecuado. Lo dejábamos dentro de un armario y siempre aparecía fuera, en cualquier otro lugar». RECUADRO: BELCHITE: SONIDOS DE TIEMPOS TRÁGICOSEste pueblo zaragozano, arrasado en 1937 durante la batalla del Ebro, una de las más cruentas de la Guerra Civil española, permanece abandonado desde entonces. Lo que queda en pie de sus paredes, horadadas por obuses y metralla, ha sido escenario de extraños sucesos. En 1986, el periodista Carlos Bognadich y su equipo del programa Cuarta Dimensión, de Radio Heraldo de Aragón, captaron en Belchite unas psicofonías que han dado la vuelta al mundo. En las mismas se pueden escuchar con total claridad sonidos de guerra: bombardeos, aviones… Años después, investigadores como Pedro Amorós o David Garcés y Paco Calahorro grabaron misteriosas voces que decían: «¡Rendíos!» o «¡rojo, al suelo!». Los sucesos anómalos parecen centrarse sobre todo en la iglesia de San Martín de Tours, donde se grabó el cortometraje titulado El otro lado, cuyos responsables fueron testigos de fenómenos paranormales.¿LO SABÍAS? La lista de películas españolas en las cuales los miembros del equipo confesaron haber vivido sucesos anómalos es muy extensa. Por ejemplo, en Vudú sangriento (1975) se rodaron diversos rituales en Haití que, según confesó su protagonista, Aldo Sambrell, influyeron negativamente en varios de los actores y técnicos. En otras más conocidas, como El día de la bestia (1995) de Álex de la Iglesia o Ouija (2004) de Juan Pedro Ortega, no sólo tuvieron lugar hechos inexplicables, sino también accidentes de todo tipo.
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