Parapsicología
22/09/2009 (11:37 CET)
Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
LAS AGUJAS DEL DIABLO
Sebastián Jarré y José Manuel García BautistaDurante una exploración médica de rutina, los médicos del Hospital Base Osorno, en Chile, hallaron varias agujas alojadas en el interior del cráneo de una niña de tres años. Ni los facultativos ni los policías que investigaron el misterio llegaron a una explicación convincente Sin embargo, aunque es el último, no se trata del único caso de similares características.
Como en otras ocasiones, iniciamos una nueva investigación tras la publicación de una escueta noticia periodística. La información no aportaba demasiados datos. Sólo que el 14 de enero de 2005, unos médicos de la localidad chilena de Osorno habían descubierto tres agujas alojadas en el interior del cráneo de una niña de tres años, tras realizarle unas radiografías de rutina. Al parecer, sus padres la habían llevado al Hospital Base Osorno porque creían que el crecimiento de su cabeza era anormal. Los facultativos comprobaron que la pequeña sufría una ligera macrocefalia, por lo que decidieron realizarle unas placas de la cabeza, con la consiguiente sorpresa
Alarmados, inmediatamente avisaron a las autoridades, que iniciaron una investigación.
Antes de partir para Osorno, intentamos contactar con la fiscal que llevaba el caso, María Isabel Ruiz-Esquide. Sin embargo, a pesar de todas las gestiones realizadas, no lo conseguimos. En cualquier caso, logramos que el subdirector del citado hospital, José Ochoa, accediera a recibirnos días después. Durante nuestra conversación, le puse en antecedentes sobre otro suceso parecido al que nos ocupaba, estudiado en su momento por el periodista Iker Jiménez. En dicho caso, las autoridades llegaron a la conclusión de que la responsable de tan insólita agresión había sido la propia madre del pequeño, aficionada a los ritos y prácticas brujeriles.
Antes de partir para Osorno, intentamos contactar con la fiscal que llevaba el caso, María Isabel Ruiz-Esquide. Sin embargo, a pesar de todas las gestiones realizadas, no lo conseguimos. En cualquier caso, logramos que el subdirector del citado hospital, José Ochoa, accediera a recibirnos días después. Durante nuestra conversación, le puse en antecedentes sobre otro suceso parecido al que nos ocupaba, estudiado en su momento por el periodista Iker Jiménez. En dicho caso, las autoridades llegaron a la conclusión de que la responsable de tan insólita agresión había sido la propia madre del pequeño, aficionada a los ritos y prácticas brujeriles.
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