CONTACTOS CON EL MÁS ALLÁ EN EL VATICANO NUEVO NÚMERO DE AÑO/CERO YA EN EL QUIOSCO

Afortunadamente, en esta redacción relegamos la política a un cuarto plano. Lógicamente respetamos las diversas ideologías que conforman nuestro arco constitucional, y siendo conscientes de que las sensibilidades son diversas, preferimos hablar de misterios, que es lo que a todos, sin duda alguna, nos gusta y nos une. Pero es evidente que no podemos –ni queremos– vivir al margen de la realidad, especialmente cuando esa misma realidad se convulsiona peligrosamente ante el afloramiento imparable de los extremos. Y me da igual que quien se acerque al extremo sea la izquierda o la derecha, porque ni una ni otra, cuando se vuelven fundamentalistas, generan tranquilidad. Por ese motivo, este mes nos colamos en los sumideros del poder para desvelarles lo que parece ser una conspiración en toda regla, orquestada desde hace tiempo por poderes que ni imaginamos y dirigida a crear un nuevo orden mundial, que como el alimento de los pavos, huele a mierda que atufa. Argumentos para preocuparnos, como verán en páginas interiores, desgraciadamente los hay…

Sin embargo, el tema que traemos a la portada de este número es, cuanto menos, peculiar. Porque por dogma de fe, la Iglesia de Roma no tiene duda alguna de que más allá de esta vida nos aguarda una mejor, lógicamente dependiendo de cómo nos hayamos portado en ésta. Pero más o menos casi todos tenemos la eternidad garantizada, y llegado el momento, la ansiada resurrección. Por eso parece incongruente que miembros de esa misma Iglesia estén estudiando, pero ojo, no ahora sino desde hace décadas, la posibilidad de establecer, con los más diversos medios, contacto con ese más allá con el que a veces, según los expertos en Transcomunicación Instrumental o los investigadores de ECM's –por poner solo dos ejemplos–, se logra establecer una comunicación. Todo sea por aclarar las dudas, no sea que al otro lado no haya lo que esperamos y alguien regrese para poner una reclamación…