Testigos de lo inexplicable en la ruta de La Mussara

Cerca de cuarenta personas fueron testigos, el pasado 12 de marzo, de diversos fenómenos parapsicológicos en el pueblo abandonado de La Mussara, en la provincia de Tarragona (España) dentro de las rutas del misterio organizadas por la revista Enigmas.

Dotados de aparatos para la transcomunicación instrumental, diversos sensores, cámaras térmicas y convencionales, el grupo se acercó primero a los sepulcros antropomorfos de Olèrdola (en el Penedés). Un centenar de tumbas, aparentemente para niños, que en la década de los cincuenta del siglo XIX fueron vinculados a una evidente presencia de egipcios en España.

Con las luces del ocaso, el grupo guiado por los especialistas Laura Falcó y Josep Guijarro llegaron a La Mussara. Hoy sólo es una villa en ruinas situada en el término municipal de Vilaplana, pero desde antiguo tiene fama de ser un lugar maldito.

Diversas desapariciones, el tañido de las inexistentes campanas de la iglesia de San Salvador, los rituales satánicos celebrados en su interior y las numerosas psicofonías obtenidas en este enclave, dan testimonio de ser un lugar excepcional para la experimentación paranormal.

De hecho, el grupo no sólo logró ver mediante cámaras térmicas las presencias encadenadas al lugar, sino que fue testigo de cómo las perturbaciones electromagnéticas impedían el desarrollo de la investigación desde un buen inicio.

Finalmente, y gracias al empleo de la "caja de los espíritus" se logró establecer algún tipo de comunicación al tiempo que los miembros de la expedición conseguían diversas fotos con orbes y otras anomalías.

En definitiva, un éxito tanto de público como de experimentación que anima a futuras salidas.

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