Año 1991. Madrid. Es un clásico en España porque hubo una intervención policial que presenció el suceso. Se hace una sesión de ouija y a raíz de esto una de las hijas adolescente empieza a presentar un cuadro de convulsiones, una especie de epilepsia que la lleva de hospital a hospital. En uno de esos ataques la niña muere y a raíz de eso empiezan a suceder cosas en la casa: objetos que se mueven, se quema un retrato de la joven fallecida… La familia está tan asustada que una noche llaman a la policía. Y es la propia policía la que presencia fenómenos que no pueden explicar y que dejan reflejados en un informe (adjunto en el libro). La familia acabó abandonando la casa porque no podían vivir allí.
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