Ovnis y vida extraterrestre
27/02/2017 (11:07 CET) Actualizado: 27/02/2017 (11:14 CET)

Buscan señales inteligentes en Trappist 1

El SETI dirigió su radiotelescopio Allen en 2016 hacia el sistema solar recién anunciado por la NASA en busca de señales inteligentes. ¿Qué más nos ocultan?

27/02/2017 (11:07 CET) Actualizado: 27/02/2017 (11:14 CET)
trappist
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El pasado 22 de febrero, la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) anunció el descubrimiento de un nuevo sistema solar a solo 39 años luz de la Tierra. Este sistema solar, bautizado como TRAPPIST 1,  posee siete pequeños mundos del tamaño de la Tierra -tres de los cuales se hubican en la zona de habitabilidad- aunque no parecen albergar civilizaciones con capacidad de transmisión de señales de radio.

Al menos esa es la primera conclusión del Instituto SETI, que ya en 2016 dirigió su radiotelescopio Allen hacia este sistema, cuando se localizaron los tres primeros planetas en torno a esta pequeña estrella enana roja a 40 años luz de distancia.

En un comentario en la web de esta entidad, su director, el astrónomos Seth Shostak, explica que se observaron los alrededores de Trappist 1, escaneando a través de diez mil millones de canales de radio en busca de señales. No se detectaron transmisiones, pero nuevas observaciones están a la vista.

Sin embargo, ¿hasta qué punto fue sensible esta búsqueda?

Suponiendo que los supuestos habitantes de este sistema solar puedan utilizar una antena emisora tan grande como el flamante radiotelescopio FAST en China, que dispone de un plató de 500 metros para transmitir sus mensajes, entonces el Allen Array podría haber encontrado una señal si los extraterrestres usan un transmisor con 100 kilovatios de potencia o más. Esto es sólo diez veces más potente que el radar en un aeropuerto local.

Según recoge Europa Press, del mencionado Shostak, "Si TRAPPIST 1 tiene o no habitantes, su descubrimiento ha subrayado la creciente convicción de que el universo está repleto de bienes raíces en los que la biología podría surgir y florecer. Si todavía piensas que el resto del universo es estéril, seguramente eres singular y probablemente equivocado",

Así, Shostak estima que las oportunidades de vida en el sistema TRAPPIST 1 hacen que nuestro propio sistema solar parezca de cuarto nivel. La vida podría no surgir en los siete mundos, pero si solo uno de ellos generara biología, las colisiones con pequeños asteroides podrían propagarla a los otros mundos en el corto plazo. La teoría de la panspermia.

Si incluso un solo planeta eventualmente produjera seres técnicamente competentes, esa especie podría dispersar rápidamente su especie a todos los demás.

Este no es el mismo desafío que enfrenta la humanidad al colonizar nuestro propio sistema solar, explica. "El típico tiempo de viaje entre mundos en el sistema Trappist 1, incluso suponiendo que los cohetes no sean más rápidos que los construidos por la NASA, sería agradablemente corto. Nuestra mejor nave espacial podría llevarte a Marte en 6 meses. Trasladarse entre planetas vecinos de TRAPPIST-1 sería un fin de semana", comenta en relación a la proximidad entre planetas y de éstos con su débil estrella.

"En otras palabras, es fácil y tentador imaginar un imperio multi-mundo surgiendo en este sistema estelar, una pequeña federación de planetas en nuestro patio trasero cósmico", afirma.

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