Parapsicología
01/05/2005 (00:00 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

El misterioso triángulo de Tampa

La mayor ciudad al oeste de Florida es Tampa, y la bahía que la abre al mar tiene una amplia zona, limitada por el puente Sunshine Skyway y el faro de Egmont Key, que los marineros y navegantes del lugar conocen como Triángulo de Tampa, debido a la gran incidencia de sucesos paranormales que tienen lugar allí y que recuerdan a los ocurridos en el no demasiado lejano Triángulo de las Bermudas.

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El misterioso triángulo de Tampa
El misterioso triángulo de Tampa
En 1979, los guardacostas de esta zona de Florida tuvieron trabajo extra, tras recibir varios avisos de una fuerte explosión en el mar, a 60 millas de la localidad de Clearwater.

Por las características del sonido que escucharon los testigos, la primera sospecha recayó en la cercana Base Aérea de MacDill. Pero las autoridades militares aseguraron que ninguno de sus aviones había realizado pruebas allí en aquel momento. Además, la clase de luz que describieron decantó la versión oficial hacia un meteorito.

Pero entre los testigos había un aviador con muchas horas de vuelo en su historial. Aquel hombre afirmó que fuera lo que fuese aquel objeto brillante, no podía ser un meteorito, ya que su trayectoria no era descendente, sino que se movía de forma horizontal.

Pero lo que había comenzado con un simple avistamiento, acabó transformándose en una investigación en toda regla, aunque la naturaleza de la misma no parecía tener relación con el episodio anterior, al menos aparentemente.

De repente comenzaron a producirse casos de personas desaparecidas, en número suficiente como para atraer la atención de las agencias federales y otros departamentos gubernamentales. La lista de desaparecidos es larga, y está formada tanto por marineros y pescadores profesionales que conocían bien la zona, como por propietarios de yates que transitaban esas aguas con sofisticados equipos a bordo.

Y, entre el lógico morbo conspiranoico que provoca cualquier secreto gubernamental por un lado, y los resultados de las indagaciones privadas por otro, no resulta extraño que hayan surgido sospechas para todos los gustos. Entre los investigadores independientes se encuentra el capitán retirado Bill Miller, especialista en sucesos anómalos de este estado norteamericano y autor del libro Dead Zone (Zona muerta). Miller ha conseguido, con tenacidad y muchos años de estudio, que numerosos ciudadanos de esta región hayan relatado sus vivencias, sospechas y temores. No ha sido una tarea fácil, pues la mayor parte de ellos prefiere guardar silencio por temor a ser ridiculizados, o incluso a perder sus trabajos. Algunos que se atrevieron a denunciar los hechos, además de las correspondientes burlas, recibieron «recomendaciones» de no volver a hablar del asunto.

A pesar de todo, uno de ellos relató a Miller cómo cierto día, en alta mar, los motores y la radio de su barco se apagaron repentinamente, así como los demás aparatos eléctricos que había a bordo. Mientras tanto, una luz intensa cruzó el cielo sobre ellos a gran velocidad. Cuando todo pasó, observaron alarmados cómo otro barco que minutos antes estaba en las proximidades había desaparecido con toda su tripulación.

Muchos otros incidentes no han tenido testigos, siendo siempre la versión oficial la del naufragio. Sin embargo, cuando ocurre una tragedia de este tipo, sobre las aguas aparecen partes del barco, salvavidas, ropas, o los cadáveres de los tripulantes. Nada de eso ocurrió con las docenas de barcos y personas desaparecidos en el Triángulo de Tampa. Además, muchos yates cuentan con el sistema EPIRB, una boya que se activa automáticamente en caso de emergencia, enviando una señal vía satélite que reciben los guardacostas, que pueden identificar y localizar así el barco. Cuando ocurre alguno de estos extraños casos, el EPIRB correspondiente no emite ninguna señal.

Otra cosa que llama la atención de los investigadores es que el potente radar ASR-9, instalado en el aeropuerto internacional de Tampa a finales del siglo XX, ha tenido varios apagones que las autoridades aéreas atribuyeron a tormentas eléctricas o a fallos en el sistema del aire acondicionado. Tales justificaciones resultan extrañas tratándose de un carísimo equipo de última generación, con todos los adelantos técnicos posibles. ¿Puso el gobierno ese radar en Tampa debido a la intensa actividad OVNI detectada en la zona?

Desapariciones inexplicables

Otro conocido ufólogo de la región es el coronel Robert Foster quien, desde su privilegiado punto de observación en el apartamento más alto de un edificio próximo al puente Sunshine Skyway, «vigila» todo el sur de la Bahía de Tampa. Otro investigador, también procedente del ejército, es el capitán John Lear. Gracias a su experiencia en la Fuerza Aérea, ha conseguido declaraciones de colegas que han tenido todo tipo de experiencias. Lear cree ver en las desapariciones del Triángulo de Tampa una pauta similar a la de otros lugares donde se han producido abducciones, y sugiere una posible relación con el polémico Proyecto Majestic 12 (AÑO/CERO, 103), tema en el que es un experto. Según los defensores de esta teoría conspirativa, el gobierno de los EE UU habría entrado en contacto con seres extraterrestres, iniciando un pacto de cooperación que permitiría a los alienígenas realizar experimentos con humanos a cambio de información científica y tecnológica.

Pero, ¿qué tienen de especial los habitantes de esta zona? La respuesta habría que buscarla, al menos en opinión de algunos ufólogos, en la dieta, rica en productos marinos, que les ha dotado de un sistema inmunológico especialmente resistente.

Algo muy similar ha ocurrido con los tiburones del cercano Golfo de México, que han visto reducido su número de forma alarmante e inexplicable. Estos animales son de gran interés para los científicos, ya que apenas desarrollan cáncer. Así lo expuso el Laboratorio Marino de Mote, en Sarasota, uno de los más importantes centros de investigación del mundo especializados en tiburones, que colabora con el Instituto del Cáncer de Moffitt, de la Universidad de Tampa. Al margen de las capturas que hicieran unos y otros, ¿estaban investigando humanos y alienígenas estos animales marinos con fines similares? Las efectuadas por el laboratorio marino están muy controladas; entonces ¿qué pasó con la gran cantidad de ejemplares que desaparecieron en la zona?
Los supuestos extraterrestres no son los únicos seres que causan inquietud en el Triángulo de Tampa. Los espíritus que no pueden seguir su camino tras dejar el cuerpo, han adquirido cierto protagonismo. Por ejemplo, allí también tienen su propia versión de la autoestopista fantasma.

Espectro femenino

En este caso se trata de una mujer rubia que aparece durante las noches brumosas en el puente Sunshine Skyway, sube a un vehículo que se detiene y, en un momento del trayecto, desaparece sin dejar rastro. Así lo confirman, al menos, innumerables camioneros y otros conductores que dicen haberla visto y llevado en sus vehículos a lo largo de los últimos años.

Un matrimonio de Sarasota habló sobre su experiencia con ella. Como acostumbra a hacerlo, la misteriosa mujer estaba situada al comienzo del Sunshine Skyway; una vez en el interior del coche, comenzó a llorar, diciendo que tenía miedo del puente. De pronto, preguntó al matrimonio si creían en Jesús y si era posible verlo tras la muerte. Transcurridos unos instantes de silencio, vieron que el asiento trasero estaba vacío. ¿Sólo una leyenda urbana?
Tiempo atrás, el 27 de diciembre de 1996, ocurrió en este mismo lugar un aparatoso accidente en el que se vieron implicados 54 vehículos. Hubo numerosos heridos, pero sólo falleció una persona, precisamente una mujer: ¿se trataba de la autoestopista espectral? Pudiera ser, aunque existe otra sugerente candidata.

Y es que algunos testigos aseguran haber observado a una dama que viste amplias ropas blancas y parece flotar en el aire. Desde la parte superior del puente, la joven mira a lo lejos, como si estuviera esperando a alguien que llegara desde el mar.

Casas encantadas

En esta región de Florida también «presumen» de tener varias casas encantadas. Tal vez el caso más célebre es el ocurrido hace pocos años en Bradenton Beach, en una mansión construida en la década de 1920.

Los Thomasson –una pareja adinerada– se habían encaprichado del lugar, a orillas del Golfo de México, y descubrieron que la magnífica vivienda estaba en venta. De hecho, llevaba años deshabitada. No le dieron importancia a este detalle, de modo que se decidieron a comprarla.

Poco tiempo después, comenzaron a ocurrir pequeños incidentes, como la negativa del perro a entrar en la casa, que el correo que el cartero dejaba en el buzón de la entrada apareciera repentinamente en el tercer piso del edificio, o la frecuente rotura de valiosos objetos de los nuevos propietarios. Además, algunas personas afirmaban haber visto luces de velas moverse a través de las ventanas de la tercera planta.

Como las misteriosas anomalías no remitían, los Thomasson decidieron llamar a un médium que, durante una sesión, contactó con una joven que decía llamarse «Estrelita». Ésta contó que había embarcado en Boston con destino a Bradenton, pero el barco naufragó durante la travesía. Preguntando a los más ancianos del lugar, alguien rememoró la anécdota de una mujer que, hacía muchos años, debería haber llegado al pueblo para contraer matrimonio. No recordaban su nombre, pero sí el apodo por el que se la conocía: Little Star (Estrellita sería una deformación hispanizada). Los Thomasson decidieron dejar el tercer piso intacto, a modo de trato entre ellos y aquel espíritu que había decidido habitarlo, y los extraños incidentes dejaron de producirse.

Pasó algún tiempo hasta que la paz de la mansión se vio nuevamente truncada. Esta vez, el aroma de un habano pareció avisarles de que allí había alguien más. Durante la noche escuchaban ruidos de pasos y portazos, y varios testigos observaron la figura de un viejo marino que miraba a través de una ventana del tercer piso.

Una nueva sesión con el médium sacó a la luz la historia de un tal capitán Curry quien, curiosamente, estuvo al mando del mismo barco en el que pereció Estrellita…
Parece que el matrimonio convivió durante años con aquellos «invitados» tan especiales. Pero, desde que ellos mismos fallecieran, la mansión permanece deshabitada, aunque algunos testigos recientes siguen afirmando que, durante las noches, han observado sombras y luces extrañas en la tercera planta del edificio.

Pero regresemos al puente Sunshine Skyway, que cuenta también con su propia leyenda negra, a causa de los suicidas que lo eligen para poner fin a sus vidas. Algunos investigadores han creído ver un templo solar, al que incluso el nombre del puente haría referencia directa, con muchas similitudes en su forma y orientación a los antiguos templos indígenas de la zona. La vidente Wilma Singletary, que asegura canalizar espíritus de los nativos tocobaga, que vivieron por aquellas tierras antes de su desaparición, afirma que aquellos indios eran adoradores del Sol, al que ofrecían sacrificios humanos. Así, los actuales suicidas serían una especie de reminiscencia de aquellas ofrendas solares.

También estaría relacionada con aquellos nativos la historia de los hermanos Louis y Fred Berlanti quienes, tras unos millonarios negocios en la Cuba prerrevolucionaria, viajaron a Florida y decidieron construir una urbanización de lujo en la idílica y deshabitada isla Cabbage Key, entre el actual St. Petersburg y el parque De Soto, a la que bautizaron con el nombre español de Tierra Verde.

Pero aquella islita fue en su tiempo un lugar ceremonial de enterramientos para las tribus de los tocobaga. Pronto salieron a la luz las tumbas y los huesos, pero las poderosas máquinas siguieron su labor para allanar el terreno sobre el que se erigirían las construcciones. Poco tiempo después, los Berlanti, a los que este negocio no les salió tan boyante como imaginaron, murieron en un misterioso accidente aéreo en el lago Okeechobee, no muy lejos de allí. Años más tarde, algunos descendientes de nativos americanos realizaron una ceremonia purificadora en Tierra Verde, tras la que aseguraron que los espíritus de sus ancestros habían regresado a su lugar de origen para descansar en paz.

Santos que lloran

No muy lejos del Triángulo de Tampa se encuentra la localidad de Tarpon Spring, situada al borde del Golfo de México. Se trata de una ciudad «griega», ya que fueron emigrantes helenos quienes se establecieron allí para explotar el negocio de las esponjas marinas.

Con ellos se trajeron sus creencias, por lo que la ciudad cuenta con una catedral ortodoxa dedicada a San Nicolás. Y es el icono, pintado al óleo, dedicado a este santo el causante de otros fenómenos extraños en la región, ya que, desde 1970, la imagen llora, al igual que otra de la Virgen con el niño. El fenómeno, que al principio podría atribuirse a la condensación de la humedad o algo similar, no cuenta con una explicación racional debido al contenido salino de las gotas; además, incluso llegaron a sacar la imagen al exterior, donde volvió a repetirse el acontecimiento.

Por otro lado, en la cercana Clearwater, al sur de Tarpon Spring, el 17 de diciembre de 1996 tuvo lugar una aparición mariana en forma de imagen bidimensional en los cristales de un edificio. Cientos de miles de peregrinos acudieron a verla, sin que las sucesivas investigaciones hayan aclarado el suceso por medios racionales.
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