Ciencia
14/08/2017 (12:18 CET) Actualizado: 14/08/2017 (12:18 CET)

Toledo, el hechizo de otro tiempo

Ciudad imperial, ejemplo de convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes, lugar de custodia de algunos de los objetos sagrados más importantes de la historia… pisar Toledo es viajar a otro tiempo, sobre todo si lo hacemos en la ciudad que no vemos: la que se oculta bajo tierra, y con ella sus secretos .TEXTO: Julio César Pantoja y Gonzalo Rodríguez paseostoledomagico.es

14/08/2017 (12:18 CET) Actualizado: 14/08/2017 (12:18 CET)
Toledo, el hechizo de  otro tiempo
Toledo, el hechizo de otro tiempo

Tras arrodillarse y terminar de rezar para obtener el beneplácito del supremo y único dios, se puso a musitar las palabras correctas. Siguiendo cuidadosamente un complejo ritual que convertiría aquel dibujo en un símbolo de protección, el viejo árabe, enfundado en su chilaba, fue trazando en el blanco muro de yeso, a carbón, una mano estilizada que acompañaría por tres pájaros. Eligió para ello el día y el momento precisos que le indicaron las estrellas. Era una mano de Fátima junto a las aves del paraíso, la que tanto era venerada por los suyos, la misma que con fe ciega se tomaba como sello de protección para personas y lugares. Aquel hacedor de talismanes perfilaba lentamente la figura, a sabiendas de ser el continuador de una costumbre ancestral de imágenes mágicas, y la mano ya terminada quedó allí durante siglos.

Pasó el tiempo, mil avatares rodearon a la casa hasta que se convirtió en cueva; caballerizas, cárcel y escombrera… y la pared donde se encontraba este talismán se tapió; el olvido hizo el resto. Así fue hasta que milagrosamente, hace tan sólo un lustro, aunque hayan pasado más de mil años de aquel primer momento, la mano y sus tres pájaros regresaron del pasado, apareciendo al derrumbar el muro que le sirvió de protección ante el deterioro. Con este descubrimiento, el espacio ya quedó marcado con un halo especial, mágico; un pequeño tesoro había sido descubierto.

Esta es la Hamsa, mano de Fátima para los musulmanes o mano de Miriam para los judíos, uno de los talismanes más antiguos de la humanidad, de procedencia semítica, quizás imitada ya desde el período de las cuevas rupestres, como las que aparecen en la del Castillo, en Cantabria. Se utiliza para repeler las malas influencias y atraer la buena suerte –función apotropaica–. Siempre es elaborada bajo una conjunción estelar propicia y en muchas ocasiones se acompaña por herencia turca de un ojo en la palma, porque así protege específicamente del mal de ojo. Su uso vigente a día de hoy, está extendido por los países del norte de África y Oriente próximo. En nuestro país aún quedan muchas repartidas por edificios, casas y palacios. Baste decir que una de las más conocidas se encuentra en la Alhambra de Granada.

La que hoy presentamos está en Toledo, en la que es actualmente la cueva-museo de la España Mágica, en la calle cardenal Cisneros, 12, muy cerca de la catedral, y es una de las más antiguas conservadas en toda la península Ibérica, siendo la primera representación –como dibujo– de este talismán en España. Los tres pájaros que aparecen junto a la mano, formando un triángulo, se conocen como aves del paraíso, guiño al espíritu de los difuntos que vuelan hasta su morada eterna. Se encontraba en la entrada principal de una casa de época califal, y apareció de manera inesperada al restaurarse el espacio junto a otros restos arqueológicos de interés.

Más allá de su significado, nos lleva a recordar la importancia de la magia en lo cotidiano, una visión del mundo donde se aceptaba sin ambages que la vida transita siempre entre dos realidades complementarias: lo visible y lo invisible.

Así es Toledo a día de hoy: dos mundos, dos realidades. Por un lado, está la ciudad ruidosa y turística de arriba, y por otro, la calmada serenidad de lo mágico bajo el suelo que pisamos, casi como una elección de nuestra propia existencia. Toledo, como otros muchos lugares que guardan tesoros en sus entrañas, preserva una memoria mágica que reivindica volver a ser descubierta.

gica que reivindica volver a ser descubierta. Para desvelar éste y otros secretos, te proponemos nuestros paseos por el Toledo mágico y heterodoxo. Una experiencia que pretende recuperar lo mágico como parte de nuestra cultura y valorarla como herramienta vigente. Más datos en www.paseostoledomagico.es

 

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