Civilizaciones perdidas
30/10/2008 (16:21 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

La odisea británica de Rudolf Hess

El 10 de mayo de 1941 uno de los hombres más poderosos del régimen nazi, Rudolf Hess, emprendió un misterioso vuelo de Alemania a Gran Bretaña. Durante más de sesenta años la verdad oficial sobre lo sucedido apunta a que el vice-führer simplemente estaba loco, pero detrás de aquel extraño periplo existía todo un entramado de conversaciones secretas, operaciones de espionaje y reuniones al más alto nivel con un objetivo bien definido y muy distinto al creído hasta ahora. Libros Recomendados : EL ENIGMA NAZI EL TALISMÁN DEL PODER

30/10/2008 (16:21 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
La odisea británica de Rudolf Hess
La odisea británica de Rudolf Hess
El protagonista de nuestra historia acabaría convirtiéndose, por capricho del destino, en la mano derecha de uno de los hombres más terribles del siglo XX, Adolf Hitler. Rudolf Hess conoció al Führer en los tiempos en los que éste comenzó a dar sus exaltados discursos antisemitas en 1922. Compartía con éste el odio al comunismo, a los judíos y a los demócratas de Weimar, a los que consideraba responsables de la rendición de Alemania, la otrora gran Alemania, en la Gran Guerra. En aquel terrible conflicto fue herido de gravedad, obteniendo, al igual que su futuro camarada, la Cruz de Hierro por su valentía en combate, convirtiéndose en un excelente piloto.Hess había nacido en Alejandría, Egipto, el 26 de abril de 1894, hijo del estricto Fritz Hess, un disciplinado alemán. Para facilitar a Rudolf una sólida educación en 1908 la familia salió de la colonia británica rumbo a Alemania, donde el primogénito ingresó en el internado juvenil de Bad Godesberg. Más tarde rechazó el plan que tenía su progenitor de que se convirtiera en comerciante y en 1914, cuando estalló la Gran Guerra, se escapó para alistarse al ejército alemán, sirviendo en el XVI Regimiento de Infantería, que sufrió terribles pérdidas y en el que coincidió con Adolf Hitler, aunque no se conocieron. Rudolf era un joven fanático en busca de una causa por la que luchar. Tras la decepcionante derrota de su país, se matriculó como estudiante de economía en la Universidad de Munich, donde asistió a clases del antropólogo Karl Haushofer.Los primeros años y la familia HaushoferKarl Haushofer, un imperialista de la vieja guardia, se había convertido en un experto en el Asia meridional y oriental y estaba convencido de que la lucha de una nación para sobrevivir consistía en una competencia por la posesión de mayor espacio vital –Lebensraum–. Creó en 1919 la nueva ciencia de la "geopolítica", el estudio de la geografía política vista por el Estado alemán, convirtiéndose en 1921 en profesor de esta disciplina. Sus teorías raciales causarían una gran impresión en Hess y después en Hitler, quien las aplicaría en parte a su política.En 1920 Hess oyó hablar por primera vez de Hitler y lo consideró como el posible "salvador" de la desolada Alemania, afiliándose al partido nazi. El 8 de noviembre de 1923 estuvo implicado en el fracasado golpe de Estado conocido como "putsch de la cervecería". Tras el fracaso de este intento de golpe de Estado se refugió en la residencia que el doctor Karl poseía en Munich. Éste le ayudó después a huir a Austria, algo que el nazi jamás olvidó, protegiendo a su familia, ya que la esposa de Karl, Martha, era medio judía.Tras el putsch Hitler fue sentenciado a cinco años de cárcel en la prisión de Landsberg, de los que sólo cumpliría nueve meses. Hess regresó y también fue arrestado e ingresado en la misma prisión, donde mecanografió para Hitler la obra que éste le dictaba: Mein Kampf. Karl Haushofer realizó varias visitas al presidio, donde pudo conversar con el mismo Adolf, transmitiéndole parte de sus ideas sobre el "espacio vital".Un ascenso vertiginosoHess pronto se convirtió en la mano derecha del Führer y el 15 de diciembre de 1932 le ordenó hacerse cargo de su Comisión Nacional. Cuatro meses más tarde le nombró "mi delegado, con plenos poderes para tomar decisiones en mi nombre". Durante mucho tiempo Hess permaneció en estrecho contacto con Karl Haushofer, y así es como conoció a Albrecht, su hijo mayor, un estudioso de la política exterior. Éste, una de las personalidades más fascinantes y misteriosas del Reich, en palabras de J. Douglas-Hamilton, ejerció una enorme influencia sobre el lugarteniente de Hitler y en los futuros y extraños planes que acabaría trazando. Albrecht consideraba a Francia la enemiga declarada de su país y sentía una gran atracción hacia Inglaterra, con la que deseaba mantener una estrecha cooperación. (Continúa la información en revista ENIGMAS 155).Óscar Herradón Ameal
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