Enigmas y anomalía
28/04/2020 (12:00 CET) Actualizado: 28/04/2020 (12:03 CET)

Monos prehistóricos cruzaron el Atlántico en balsa rumbo a Sudamérica

El hallazgo de unos fósiles en Perú demuestra que unos pequeños monos prehistóricos fueron los primeros en viajar desde Egipto hasta la amazonia peruana.

Josep Guijarro

Periodista y escritor

28/04/2020 (12:00 CET) Actualizado: 28/04/2020 (12:03 CET)
Monos prehistóricos cruzaron el Atlántico en balsa rumbo a Sudamérica
Monos prehistóricos cruzaron el Atlántico en balsa rumbo a Sudamérica

Ni los vikingos, ni los templarios ni por supuesto Colón. Los primeros en llegar a América fueron africanos y no me refiero a la expedición medieval que a finales de la primera década del siglo XIV protagonizó Abubakari II, quien por entonces, controlaba un vasto territorio del occidente africano y organizó una flota de más de dos mil embarcaciones desde Senegal a un nuevo mundo aventurándose en el Océano. No. Hablo de mucho más atrás en el tiempo, del periodo Eoceno, hace 35 millones de años. Un reciente estudio de dientes fosilizados, encontrados en Ucayali, en el área de la Amazonía peruana, demuestra que unos monos prehistóricos (bautizados como ucayalipithecus) realizaron un viaje de más de 1.500 kms a través del Atlántico en una balsa natural desde África hasta Sudamérica.

Por partes. Hasta ahora, los científicos aseguraban que el único grupo de primates autóctono del Nuevo Mundo eran los Platyrrhini, simios de pequeño tamaño que poseen una talla de 13,6 cm y un peso medio de 120 gramos. Sin embargo, paleontólogos de varias universidades en Argentina y Estados Unidos, liderados por Kenneth Campbell Jr. del Museo de Historia Natural de Los Ángeles, han presentado en la revista  Science, el estudio sobre cuatro molares de un primate desconocido hasta ahora que han bautizado como ucayalipithecus, que significa “mono de Ucayali”.

molares monos prehistoricos
 

Uno de los autores del estudio Erik Seiffert, y sus colegas analizaron los dientes hallados en un depósito sedimentario de 100 metros de longitud a lo largo del río Yuruá y descubrieron que eran radicalmente diferentes (entre otras cosas, más abultados y bulbosos) que los de Platyrrhini. Es más, los dientes presentan una gran similitud con los de una familia extinta de primates de orden superior que habitó en el norte de África alrededor del Eoceno (hace entre 56 y 33,9 millones de años) y el Oligoceno (hace entre 33,9 y 23 millones de años), los llamados Parapithecidae. ¿Cómo llegaron al Nuevo mundo? Si los extraterrestres no los abdujeron, obviamente, a través del mar.

En primer lugar hay que precisar que la aventura transatlántica, esos 1500 Kms a los que antes aludí, es una distancia menor a la actual pues, hace 35 millones de años la deriva continental perfiló las costas de forma distinta a la actual y los continentes estaban más cerca. En cualquier caso, la gesta es colosal. ¿Cómo es posible que aguantaran vivos una gesta de estas características? ¿Cómo se alimentaron y, sobre todo, de dónde bebieron? Las preguntas son difíciles de responder.

De entrada hay que decir que el “viaje” no fue consciente sino accidental. Ningún simio había evolucionado suficientemente para que tomara la decisión de internarse en el océanos por iniciativa propia. Los primeros posibles homínidos bípedos encontrado en el Chad, los llamados Sahelanthropus tchadiensis tienen una antigüedad de 7 millones de años. Son, por tanto, muy posteriores a este hallazgo. Por consiguiente, los científicos estiman que los simios viajaron en islas flotantes de vegetación que se separaron de las costas, posiblemente durante una tormenta tropical.  

Los especialistas quieren precisar que no se trata de que los animales pudieran haber “viajado en una balsa” a través de un océano, sino en islas de considerable tamaño, como esta que cruza el Canal de Panamá, después de una tormenta. Estas “balsas” naturales podrían haber sostenido árboles que podrían haber dado sus frutos.

Seiffert  asegura que “si un pequeño primate viajaba en una balsa como esta, parece muy posible que pudiera llegar a una distancia tan larga.”

Los autores señalan que los monos parapithecus debían de poseer una gran plasticidad ambiental y conductual para cambiar rápidamente al tipo de alimentos desconocidos que encontraron en el nuevo continente, y probablemente tenían dispositivos que les permitían superar decenas de cientos de kilómetros a través del mar sin agua fresca (sic). Sobre este particular, de gran importancia, no se detalla nada más.

Probablemente, tal resistencia era característica de muchos simios y tal vez fue ella quien los ayudó a sobrevivir a muchos cambios impredecibles en las condiciones del Paleógeno una era que la Tierra protagonizó hace entre 65 y 23 millones de años atrás y que se extendió por todos los continentes. Además, los simios recién llegados tuvieron que competir por el territorio y los alimentos con los monos autóctonos pues, ambas especies convivieron simultáneamente durante al menos 11,5 millones de años.

“Si ucayalipithecus fuera como sus parientes parapéfidos africanos, habría vivido en los árboles y probablemente habría sido un saltador ágil”, declaró Seiffert a la CNN. Según los paleontólogos, la nueva especie pesaría alrededor de 350 gramos y tenía un tamaño similar al de algunos titíes que viven hoy en Sudamérica.

Sobre el autor
Josep Guijarro

Josep Guijarro es reportero de prensa, radio y televisión, además de autor de varios libros entre los que cabe destacar El tesoro oculto de los templarios, Aliens Ancestrales o Coincidencias Imposibles. Es documentalista de la serie Extraterrestres (DMAX) y forma parte de los programas El Colegio Invisible y La Rosa de los Vientos, ambos en Onda Cero.

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