Croacia: 41 personas fueron masacradas en el 4.200 a. C
Hace más de 5.000 años, una atroz matanza acabó con la vida de 41 personas. Ahora, los arqueólogos intentan dar explicación a este suceso tan violento ¿Se han resuelto todas las incógnitas?
Todo comenzó en 2007, cuando un hombre que vivía en un pequeño pueblo en las colinas de Potočani (Croacia), estaba cavando con la intención de construir un garaje cuando de repente, se encontró con algo que no esperaba: los restos de 41 personas, localizados en un pozo de dos metros de diámetro y un metro de profundidad.
El hallazgo se notificó a la Universidad de Zagreb, que al principio consideró que se trataba de restos modernos, tal vez de una fosa común de la Segunda Guerra Mundial o de la Guerra de la Independencia de Croacia (Guerra de los Balcanes). Sin embargo, tras un estudio en profundidad, se concluyó que poco tenía que ver con estas guerras.
A través de los resultados de ADN y la datación por radiocarbono de los huesos, pudieron tener más datos acerca de los individuos y su cronología. Y, de hecho, gracias a estas pruebas de radiocarbono, fueron conscientes de que se encontraban ante restos pertenecientes al 4.200 a. C. Una cronología bastante dispar a la que habían atribuido al principio.
De las 41 víctimas que conformaban la tumba, 21 eran hombres y 20 mujeres, situados entre los 2 y los 50 años
Además, las víctimas también supusieron una sorpresa para los investigadores. De las 41 que conformaban la tumba, 21 eran hombres y 20 mujeres, situados entre los 2 y los 50 años. De entre estos, 21 eran niños con edades entre los 2 y los 17 años y por tanto, de los 20 adultos restantes, las edades oscilaban entre los 18 y los 50. Según el estudio, todos sufrieron al menos un golpe en la parte posterior de la cabeza, pero algunos de los cráneos tenían hasta cuatro golpes. Sin embargo, no tenían ninguna herida defensiva en los brazos, por lo que este hecho evidencia que no lucharon con su asesino.
¿Qué relación tenían entre sí las víctimas? Según las pruebas de ADN, estas personas no estaban emparentadas entre sí, ya que solo 11 eran familiares cercanos. Pero un 70% sí que tenía ascendencia común, lo que permite observar que provenían todos de la misma población.
Mario Novak, jefe del Laboratorio de Antropología Evolutiva y Bioarqueología, aseguró que, tras el análisis de este contexto, “el único escenario plausible era una masacre. En este caso, fue simplemente una matanza al azar, sin ninguna preocupación por el sexo y la edad”. Sin embargo, el que los investigadores hayan llegado a estas conclusiones, más que resolver dudas, provoca el efecto contrario: ¿Quién llevó a cabo esta matanza? ¿Por qué las víctimas no se defendieron?
Siguiendo las explicaciones Novak, quedan todavía muchas incógnitas también en torno a la falta de defensa de las víctimas: “Si alguien te ataca con un garrote o una espada, levantas el antebrazo por reflejo para protegerte la cabeza. Pero no vimos ninguna lesión facial ni ninguna lesión defensiva” Por tanto, ¿las víctimas estaban inmovilizadas? Tal vez no tenían capacidad para defenderse.
Aunque pueda parecer sorprendente este descubrimiento, no es la primera vez que los arqueólogos detectan restos de semejantes dimensiones y características. En España, recientemente, se ha descubierto una fosa del Neolítico con esqueletos variados, con restos de hombres y mujeres de distintas edades. Según Novak, llegamos a tener “evidencias de masacres antiguas que se remontan al menos a hace 10.000 años. Hoy en día, también tenemos masacres modernas; lo único que ha cambiado es que ahora tenemos medios y armas más eficientes, pero no creo que la naturaleza o la psicología humana hayan cambiado”. Aunque en este caso se esté notificando una matanza del 4.200 a. C, la violencia humana lleva presente toda su historia.
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