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17/11/2015 (12:34 CET) Actualizado: 17/11/2015 (12:34 CET)

ADN de un niño inca sacrificado revela la expansión humana en Sudamérica

17/11/2015 (12:34 CET) Actualizado: 17/11/2015 (12:34 CET)
Secuencian el ADN mitocondrial de una momia inca
Secuencian el ADN mitocondrial de una momia inca

Científicos de laUniversidad de Santiago de Compostela, en España, y del Equipo de Antropología Forense de Argentina han logrado extraer y secuenciar ADN mitocondrial de un niño inca sacrificado hace 500 años en un ritual para revelar cómo se produjo la expansión humana en América del Sur.

Durante la civilización Inca, que prosperó en el continente sudamericano antes de la llegada de los europeos, estos sacrificios rituales eran conocidos como "capococha." Una de las víctimas fue un niño de 7 años de edad que vivió hace más de 500 años. Sus restos momificados, congelados fueron descubiertos en el borde del Monte Aconcagua.

La momia fue encontrado por unos excursionistas en 1985 y 30 años después, los científicos han secuenciado algunos de ADN del chico y lo usaron para obtener más información sobre la expansión del Imperio Inca según publica la revista Scientific Reports.

Utilizando una pequeña muestra de pulmón del chico, los investigadores  fueron capaces de reconstruir todo su genoma mitocondrial. Este ADN sólo contiene 37 genes que se transmiten prácticamente sin cambios de madre a hijo, a diferencia del nuclear, que proviene de ambos padres. Los autores del estudio dijeron que era la primera vez que los científicos han decodificado todo el ADN mitocondrial de una momia indígena.

Los resultados colocan al niño "perfectamente" dentro de una población genética, o haplogrupo, conocido como C1b que es típico de los nativos americanos, según los autores del estudio. Investigaciones anteriores han demostrado que una de las personas que primero poblaron las Américas trajo esta firma genética de Beringia (la masa de tierra que una vez conectó Siberia y Alaska) o el extremo norte de América del Norte.

Sin embargo, el genoma mitocondrial del chico tenía 10 mutaciones distintas que no se habían visto juntas antes en cualquiera de ADN antiguo o moderno. Los investigadores llamaron esta rama del haplotipo "C1bi" (la "i" significa Inca). El hecho de que su firma genética fuera única ofrece más evidencia de que la muestra de ADN no estaba contaminada. Algunas de esas mutaciones son o fueron compartidas por otros, y los investigadores usaron esa información para hacer algunas conjeturas sobre la vida y los tiempos del chico. Lo más probable es que sus antepasados hubieran estado en América del Sur durante mucho tiempo, originarios de cerca de los Andes hace unos 14.000 años.

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