Desvelamos claves ocultas de la visita de Himmler a Toledo
El próximo mes de junio se celebrarán en Toledo (España) dos jornadas de estudio sobre los enigmas que rodearon a los nazis
Tres objetos míticos de la tradición judeocristiana, el Arca de la Alianza, el santo Grial y la Lanza del destino, tienen en común que fueron buscadas por los nazis.
Parece que todo parte de un hombre oscuro e inquietante: Karl Maria Wiligut. En 1908, este militar publicó su segundo libro, titulado Neun Gebote Gots. Es a partir de entonces cuando comenzó a decir que era descendiente directo de antiguos reyes-dioses. Wiligut no estaba bien, había perdido a su hijo primogénito años atrás. Poco después de la Primera Guerra Mundial, él y su familia se mudaron a una localidad austríaca cercana a Salzburgo, donde dedicó su tiempo al estudio del misticismo. Su esposa, que no creía en su linaje real, terminó encerrándolo en un hospital psiquiátrico entre noviembre de 1924 y 1927.
Pero ello no impidió que, en 1933 conociera y entablara amistad con Heinrich Himmler. De hecho, cuentan que, el Reichsführer de las siniestras SS quedó impresionado por los conocimientos esotéricos de Wiligut. De hecho, según él, situaba el foco de la intriga de su confinamiento psiquiátrico a una coalición entre la Iglesia católica y la judeomasonería. Algo muy improbable pero que, sin embargo, convenció a Himmler. Tanto es así que le "enchufó" en las SS para dirigir el Departamento de Prehistoria e Historia Antigua con el seudónimo de "Karl Maria Weisthor".
Dos jornadas divulgativas
Estas y otras fascinantes cuestiones relacionadas con los misterios del nazismo serán puestas a examen los próximos días 6 y 7 de junio en Toledo, en el marco de unas jornadas internacionales que examinarán la posible huida de Hitler a Sudamérica, la creación de ovnis nazis, el esoterismo en las SS o la búsqueda de reliquias sagradas.
Es evidente que las ideas ocultistas de Weisthor influyeron notablemente en Himmler quien, sólo un año más tarde, se lo llevó consigo a Berlín para formar parte de su guardia personal y es allí, donde Willigut materializará sus planes para la reconstrucción del castillo de Wewelsburg como un alegórico "centro del mundo".
El castillo de Wewelsburg poseía un receptáculo para el Santo Grial
Obsesionado por lo esotérico, mandó construir en el sótano una enorme esvástica. Encima de la cripta había otra sala circular, denominada de "los líderes supremos de las SS", que, según la leyenda, debía permitir a Himmler sentarse alrededor de una mesa redonda con sus 12 generales principales. En el castillo había una hornacina destinada a albergar el Grial.
Así, en octubre de 1940 cuando Himmler visitó España, fue a Montserrat en busca del mítico cáliz. Siguiendo las leyendas de Parsifal relatadas en el poema del siglo XIII de Wolfran von Eschenbach o la ópera de Wagner de 1882, los nazis creían que el legendario Montsalvat era Montserrat.
Pero Himmler no se quedó en Cataluña. También viajó a Toledo donde se especula que su interés por la ciudad toledana residía en su origen templario, alquimista y nigromante.
De hecho, podremos despejar las dudas en la capital de Castilla la Mancha realizando un recorrido nocturno por los lugares que Himmler visitó, por la judería y, también, podremos contemplar una exposición única con réplicas exactas de los objetos sagrados que los nazis buscaron… y mucho más.
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