Historia oculta
18/11/2019 (13:00 CET) Actualizado: 18/11/2019 (13:00 CET)

Las momias del museo del terror de Palermo

En el museo del terror miles de momias cuelgan de sus paredes en la localidad siciliana de Palermo (Italia).

18/11/2019 (13:00 CET) Actualizado: 18/11/2019 (13:00 CET)
momias museo terror palermo
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Nos encontramos en Palermo, al norte de Sicilia. Quienes vienen hasta aquí lo hacen atraídos por la leyenda negra y el morbo que acompaña a sus pobladores desde hace décadas, más de ocho mil cuerpo momificados que se encuentran en el monasterio de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos. Y es que bajo su suelo se encuentran las catacumbas más sorprendentes del mundo. Tanto como para que el historiador Dominique Fernández escriba en su obra Madre mediterránea que dichas catacumbas son «una extraordinaria galería de espectros, de los que no se podría decir con seguridad si están más acá o más allá de la muerte, más parecidos a los fantasmas encontrados en los campos de concentración, con un soplo de vida, que a los verdaderos cadáveres».

museo terror palermo
 

El habitante más antiguo de este mundo de sombras es fray Silvestre da Gubbio, muerto el 16 de octubre de 1599. Hoy permanece, como desde hace siglos, colgado de la pared, observándonos con los ojos del alma, porque los de su rostro hace tiempo que desaparecieron.

Pero aquí hay habitantes más antiguos. No en vano los folletos que nos dan con el ticket advierten que estamos en «un museo de la muerte cuya historia se inicia en el siglo XVI». Y se inicia una vez que los hermanos capuchinos adquieren los terrenos para construir el monasterio actual, y con los años van falleciendo y siendo enterrados en la cripta del mismo, una antigua gruta natural que es acondicionada para tal fin. La sorpresa llega cuando, tiempo después, los hermanos deciden ampliar las galerías para dar cobijo a más cadáveres y se encuentran con cuarenta cuerpos completamente incorruptos. Se empieza a hablar de milagro, pero hoy sabemos que la composición química de la tierra, unida a las condiciones de sequedad del ambiente, facilitan que la momificación se produzca por medios puramente naturales.

Mujeres sentadas, como si entablaran una silenciosa, niños, monjes, señores… Durante siglos nadie ha querido escapar a los poderes regenerativos de estas catacumbas, como si con ello lograsen un mejor aspecto cuando se produzca la ansiada resurrección…

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