La imaginación decide el mundo
Una serie de estudios científicos muestran que, en muchos casos, la intuición es más racional que el pensamiento lógico
En nuestro mundo hipermaterialista vivimos inmersos en una dicotomía constante: por un lado, en nuestro tiempo de ocio no tenemos problema en disfrutar de nuestra imaginación leyendo una novela, viendo una serie o una película o visitando un museo de arte o pintura, pero si estamos desarrollando un proyecto profesional o cuando debemos decidir sobre algo importante que afecta a nuestra vida, siempre tendemos a apartar cualquier atisbo de imaginación, centrándonos en la información que aparentemente nos presentan los datos fríos. El sistema nos ha convencido de que la imaginación –y, por extensión, la intuición– es un aspecto intrascendente de la realidad. Lo importante es el pensamiento lógico. Pues no, es todo lo contrario. La imaginación, en el fondo, es la que delimita los valores, las tradiciones, las convicciones y los consensos de una determinada cultura. Y todo lo anterior es la base sobre la que se construyen los sistemas políticos y económicos, las constituciones, las normas de convivencia y las leyes de cualquier sociedad.
En realidad las intuiciones son, en muchos casos, incluso más racionales que el pensamiento lógico
Por eso, cada vez más antropólogos, sociólogos e historiadores de la ciencia se muestran convencidos de que en vez de prohibir la imaginación en el mundo académico, se debería impulsar su desarrollo. Y, sobre todo, sería más que necesario estudiar con mayor profundidad su importancia en la vida de los seres humanos y las sociedades. Por otro lado, en los últimos años, una serie de fascinantes investigaciones científicas están aportando una nueva perspectiva sobre las corazonadas e intuiciones. Nos han enseñado a desecharlas bajo la justificación de que son irracionales y están vinculadas con la fantasía, pero los resultados de dichos estudios apuntan en otra dirección: en realidad las intuiciones son, en muchos casos, incluso más racionales que el pensamiento lógico, porque no son otra cosa que el resultado del análisis por parte de nuestra mente de infinidad de datos alojados en el inconsciente, que emergen al consciente a través de una intuición. Por eso, nunca desechemos a la primera las corazonadas.
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