Grupos presionan al gobierno para el fin del secreto ovni
Los lobbies de la "K Street" presionan para el fin del "embargo de la verdad" del fenómeno ovni.
El Paradigm Research Group (PRG) se fundó en julio de 1996 para defender el fin del "embargo de la verdad" impuesto por el gobierno de los Estados Unidos en lo relativo a la presencia extraterrestre. Su impulsor, un activista político llamado Stephen Bassett, trabaja desde la K Street para dar forma, desde las sombras, a la gigantesca propuesta de infraestructura del presidente Joe Biden, que según los lobistas podría ser uno de los proyectos de ley más presionados en la historia. Y es que, más allá, de la cuestión presupuestaria, está en ciernes lo que Bassett llama, "el evento de divulgación más grande en la historia de la humanidad".
La "K Street" es una calle del centro de Washington DC, donde muchos mediadores, abogados y grupos de influencia tienen sus oficinas. Sin embargo, con el tiempo se ha terminado utilizándose como término despectivo para referirse a la industria de la mediación. Pues bien, Bassett lleva 25 años presionando al gobierno para que reconozca que no estamos solos y cree que, de producirse en junio esta declaración, será casi imposible medir sus consecuencias.
Tal como dispuso el proyecto de ley de alivio Covid del pasado mes de diciembre, las agencias de inteligencia debían compilar la información relativa a ovnis en el plazo de seis meses. El plazo vence el próximo mes de junio.
Bassett no es el único activista que presiona al gobierno federal para el reconocimiento de una presencia extraterrestre
El de Bassett es el único "lobby extraterrestre" registrado en el Capitolio de los Estados Unidos, pero no es el único grupo de presión.
El 25 de mayo se presentó en el Reino Unido el llamado ICER o Coalición Internacional para la Investigación Extraterrestre. Encabezada por investigadores de la talla del británico Gary Heseltine o el italiano Roberto Pinotti, esta coalición tiene presencia territorial en 27 países de los cinco continentes (incluido España) y quiere mediar en la desclasificación de información reservada de los ovnis.
Sus orígenes no son oportunistas ya que se remontan a 2018, cuando investigadores chinos habían iniciado una acción destinada a promover la investigación internacional, especialmente en la ONU, sobre el fenómeno de los Objetos Voladores No Identificados (OVNI), continuando en la línea de lo que ya había intentado el Gobierno de Granada, en 1978.
El interés público en los fenómenos aéreos no identificados se ha intensificado en las últimas semanas
Como resultado de la iniciativa, debido a la guerra comercial chino-estadounidense y la epidemia de Covid-19, el grupo de investigadores que se había creado para este propósito decidió no perder el gran valor del espíritu original de la iniciativa china y decidieron asociarse en un nuevo grupo privado internacional de investigación sobre objetos voladores no identificados y fenómenos relacionados.
El interés público en los fenómenos aéreos no identificados (UAP por sus siglas en inglés) se ha intensificado en las últimas semanas. Un gran artículo en The New Yorker, un episodio de 60 minutes, y la declaración del expresidente Barack Obama en The Late Late Show with James Corde" de que "hay imágenes y registros de objetos en el cielo que no sabemos exactamente qué son".
En este sentido, el físico retirado de la Armada, el doctor Bruce Maccabee ha predicho que el Grupo de Trabajo de los Fenómenos Aéreos No Identificados (UAPTF) confirmará que los UAP son vehículos controlados por inteligencias no humanas pero que es posible pero que "los responsables políticos de la Administración, cuando se enfrenten al informe de la UAPTF, decidan retener todo o parte del informe no clasificado debido a un impacto negativo percibido en los ciudadanos de EE UU y otros países".
ICER, por su parte, cree que todos los países ahora deben prepararse para la confirmación de que la Tierra está siendo visitada por inteligencias no humanas y propone que se establezcan programas de "conciencia" para abordar el profundo problema del contacto y sus implicaciones globales.
Todo esto presagia una gran expectación. ¿Qué hará el Congreso? ¿Divulgará al fin la noticia de que los ovnis son de origen no humano?
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