Parapsicología
22/03/2010 (09:51 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)

JÓVENES VAMPIROS

Janire RámilaEl resurgimiento del mito vampírico en el cine y la literatura ha motivado un incremento en el número de personas que comulgan con tan mítica figura, hasta el punto de interiorizar su ideario e iconografía en el día a día. Son los modernos vampiros, hombres y mujeres cautivados por la imagen, atractivo y sensualidad de los "no muertos". Para la mayor parte de ellos el vampiro es simplemente eso, un icono, pero para algunos otros, los más peligrosos, es el único y verdadero camino para alcanzar la inmortalidad.

22/03/2010 (09:51 CET) Actualizado: 06/11/2014 (09:58 CET)
JÓVENES VAMPIROS
JÓVENES VAMPIROS
Según anunciaba en 2006 el último informe sobre sectas redactado por expertos en el tema de la Comunidad Valenciana, sólo en dos años se habían instalado en dicha región once nuevas sectas destructivas de corte satánico. Entre ellas figuraban nombres como Hijas de las Tinieblas, Hijos del Diablo, Los Caballeros del Anticristo o Los Discordianos. Sin embargo, una sobresalía del resto: Juicio Nera, pues sus integrantes quizá deberían ser calificados de vampíricos más que satánicos. De hecho, creen en el suicidio como única forma válida de alcanzar la inmortalidad. Pero no en el más allá, sino aquí, en la Tierra, como todo vampiro que se precie.

Tal vez el origen moderno del mito vampírico lo encontramos en las crónicas que el abad del monasterio benedictino de Senones, Agustín Calmet, escribió entre los años 1700 y 1757, aludiendo a las extrañas apariciones de difuntos que tenían lugar entonces en Centroeuropa. Calmet no dudó en achacarlas a la actuación de los vampiros, redactando diversos libros calificados como únicos en el tema. En ellos se refería a granjeros que regresaban a la vida tras haber sido enterrados, a niños secuestrados en mitad de la noche para beber su sangre, a personas con una fuerza sobrehumana y morfología infrahumana…
Tan hondo calaron esos relatos en las generaciones futuras, que un escritor inglés, John William Polidori, se basó en los mismos para su novela El vampiro, publicada en 1819. Continuó su senda con un gran éxito el irlandés Bram Stoker, quien en 1897 publicó Drácula. Tampoco debemos obviar el exhaustivo tratado sobre vampirismo del literato Montague Summers o películas como Nosferatu (1922), de Murnau, que terminarían por implantar la figura del "no muerto" en la sociedad occidental… (Continúa en AÑO/CERO 236)

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