Los OVNIs de Hitler pudieron llegar a América

El 13 de febrero de 1944, durante una acción de bombardeo en suelo alemán, pilotos norteamericanos se toparon con unas esferas de color plateado “parecidas a las bolas que adornan los árboles de Navidad”. El entrecomillado no es mío, sino de la nota enviada a los medios de comunicación por el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada (SHAEF, por sus siglas en inglés) en París para describir lo que calificaba de “una nueva arma alemana en el frente aéreo occidental”.

Es la primera referencia a lo que en adelante sería conocido como «Foo Fighters». La nota fue publicada por el New York Times, y ahondaba en la idea de que el nuevo artefacto era una suerte de “arma de defensa antiaérea, aunque –añadía- no hay información de cómo se sostiene, qué hay en su interior o para qué sirve en realidad”.

De facto no hubo ningún arma que inclinara la balanza en favor del III Reich 

Los Foo Figthers fueron el primer eslabón en la mitología de que la Alemania de Hitler estaba desarrollando un arma “que iba a cambiar el curso de la Guerra”. Cuando me refiero a “mitología” no es tanto porque no trataran de desarrollarlo sino porque, de facto, no hubo ningún arma que inclinara la balanza en favor del III Reich.

Que los nazis estaban obsesionados con la búsqueda de objetos sagrados como la lanza que atravesó el costado de Cristo o el Santo Grial es un hecho que se analizará próximamente en las Jornadas de Enigmas nazis. Esa obsesión no era una cuestión de fe, sino porque creían poder utilizarlos contra sus enemigos. La pregunta es si la fabricación de platillos volantes era sólo una cuestión de supremacía tecnológica o pretendía sembrar el miedo entre las tropas aliadas, como se deduce de esta emisión de El Colegio Invisible. Hablamos de extraños aviones con forma de platillo que alcanzarían velocidades que superan los 2.000 kilómetros por hora en sólo tres minutos a través de la propulsión de unos motores anti gravitatorios.

OVNI de los nazis en 1943

Los nazis estaban desarrollando proyectos aeronáuticos muy inusuales fue respaldado por el ingeniero aeronáutico Roy Fedden. Es más, científicos alemanes como Rudolph Schriever admitieron haber desarrollado platillos voladores durante el período de la II Guerra Mundial. En todo caso, estas teorías determinan que los nazis habrían abandonado el proyecto una vez que sus enemigos tomaron Praga.

No son pocos los autores que afirman que los científicos encargados de estos proyectos viajaron a Estados Unidos, el famoso proyecto Paperclip, tras la contienda para utilizar allí la misma tecnología, lo que explicaría la masificación en los avistamientos de Ovnis tras la II Guerra Mundial y podría justificar que ciertos diseños coincidieran con los platillos volantes avistados por el contactado George Adamski.