Rusia contra EEUU: Peligro de guerra atómica

Son muchos los analistas de inteligencia convencidos de que la operación que derribó al Gobierno prorruso de Ucrania estuvo planificada y financiada por el espionaje de EE UU. Se enmarcaría dentro de una estrategia más amplia, basada en el mantenimiento de una serie de ejércitos secretos en Europa Occidental y Oriental y América Latina (AÑO/CERO 285). Se trata de los llamados stay-behind, formados en el pasado por militantes de la extrema derecha y antiguos nazis, que tenían a su disposición arsenales secretos y cuyas acciones estaban organizadas por el Comité de Planificación y Coordinación del Cuartel General de la Potencias Aliadas de la OTAN, y dirigidas por los estrategas de la CIA. Estos «ejércitos negros» llevaron a cabo distintas acciones de desestabilización de gobiernos y partidos políticos para frenar la influencia en los mismos de la URSS. Una vez desaparecida la Unión Soviética poco se supo de esta superorganización militar encubierta –cuya existencia tuvieron que reconocer primeros ministros como el italiano Giulio Andreotti– que, de una u otra forma, continúa funcionando…

El presidente ruso Vladimir Putin dejó claro que los sucesos de Ucrania constituían una amenaza a los intereses de su nación y no tardó en anexionarse Crimea, una República Autónoma perteneciente a Ucrania con mayoría de población prorrusa y salida al mar. Semanas después, el servicio de inteligencia de Putin puso en marcha una serie de operaciones secretas para que diferentes regiones ucranianas con mayoría rusa promulgasen referéndums para independizarse de Ucrania. En vista de estos hechos, EE UU envió a centenares de asesores militares y espías para proteger al Gobierno provisional surgido del golpe de estado. Una semana antes de las elecciones generales ucranianas del 25 de mayo de 2014, la Marina de EE UU envió al Mar Negro el barco de guerra Vella Gulf, que se unió a otros buques de la OTAN que patrullan muy cerca de las costas ucranianas y rusas.

GUERRA NUCLEAR: ESCENARIO PROBABLE

Putin considera que los acontecimientos de Ucrania se enmarcan dentro de una estrategia consistente en rodear a Rusia. De hecho, EE UU y sus aliados de la OTAN también tienen barcos de guerra en el Mar Báltico, próximo a Rusia, y fuerzas militares terrestres en Polonia, Letonia, Estonia y Lituania, país donde también poseen una importante base aérea. Para más inri, Polonia, República Checa, Rumanía, Bulgaria y Turquía cuentan con instalaciones del llamado Escudo Antimisiles, que dejaría a Rusia en inferioridad de condiciones en caso de una guerra termonuclear contra EE UU.

En este complicado contexto, muchos analistas opinan que no se puede descartar una guerra nuclear entre ambas potencias. Es el caso de Paul Craig Roberts, antiguo subsecretario del Tesoro durante la Administración de Ronald Reagan, quien afirmó que si EE UU no abandona su estrategia de guerras y desestabilización para mantener su hegemonía mundial, «una guerra nuclear con Rusia y China sería un desenlace probable»… (Continúa en AÑO/CERO 288).