Las Meninas fueron proyectadas con una cámara oscura

La joya de la corona del Museo del Prado, en Madrid, Las meninas, del maestro del siglo de Oro español, Diego Velázquez, ha sido objeto de un nuevo y revelador estudio. Según el profesor Miguel Usandizaga, investigador de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Velázquez utilizó para su realización una “cámara oscura”. Precursora de las cámaras fotográficas, este instrumento óptico utilizado desde la más remota antigüedad, permite obtener una proyección plana de una imagen externa.  

Se sabe que otros maestros como Caravaggio, Rembrandt o Van Eyck ya manejaban con soltura instrumentos ópticos para dibujar sobre un papel una imagen reflejada por un espejo o una lente. Pues bien, ahora sabemos que también Velázquez echó mano de algún tipo de ingenio técnico para completar su más célebre obra maestra.

La teoría no es nueva. En la década de los ochenta el historiador John Moffit ya apuntó esta idea tras el hallazgo de lentes en el estudio de Diego Velázquez en Sevilla. Con 24 años el maestro se trasladó a Madrid, donde fue nombrado pintor del rey Felipe IV y, cuatro años después, fue ascendido a pintor de cámara, el cargo más importante entre los pintores de la corte. 

La investigación de Usandizaga concluye que la perspectiva y las líneas generales de la familia de Felipe IV (así se describe el cuadro en el inventario de 1734) fueron trazadas utilizando una cámara oscura de tipo cabina que instaló en el Alcázar de Madrid.

La primera descripción completa e ilustrada sobre el funcionamiento de la cámara oscura, aparece en los manuscritos de Leonardo da Vinci (1452-1519).

 

Según el investigador de la UPC, Las Meninas que se exhiben en el castillo de Dorset (Reino Unido), dentro de la colección de Kingston Lacy, son una tentativa o borrador de la obra maestra de Velázquez y no de su yerno, como se ha pretendido. Este pequeño cuadro constituye, en realidad, “el negativo pictórico” de la obra de Velázquez.

Usandinzaga es también arquitecto y, por consiguiente, está familiarizado con la perspectiva y la proporción. Hace veinte años, reparó en un detalle que fue el punto de partida de la revisión de la técnica empleada por Velázquez. Me refiero a la observación de una línea recta de ocho centímetros en una reproducción de «Las Meninas» de Kingston Lacy situada entre las piernas de Nicolasito Pertusato que puso al investigador en alerta.

Usandinzaga comprobó que la línea no estaba en «Las Meninas» del Museo del Prado. ¿Por qué? ¿Qué había pasado?

 

Al comparar calcos de las dos versiones de Las Meninas, el investigador pudo comprobar sin género de dudas que las perspectivas y las líneas rectas que definen los rasgos generales del espacio del cuadro eran, salvo la diferencia de tamaño, prácticamente idénticas. “Sostengo que Velázquez pintó primero la habitación vacía en el pequeño y luego en el grande, y luego las figuras en el grande, y que ‘Las Meninas’ está construida con una perspectiva de cámara oscura” –concluye.