Enclaves ocultos del Temple en España
Recorremos algunos de los enclaves templarios más desconocidos de España
La península Ibérica fue durante los siglos del XII al XIV uno de los territorios más importantes para la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, en toda Europa.
De ellos nos han quedado unos pocos vestigios materiales y un montón de leyendas. Muchos de los lugares que aún se conservan de su paso, se han convertido, en auténticos centros de peregrinación.
Ahí tenemos el famoso castillo de Ponferrada o la fortaleza de Monzón, por ejemplo. Pero hay muchos otros enclaves que son mucho menos conocidos. Visitarlos siempre tiene algo de aventura. No somos pocos los que aun sentimos algo especial dentro de ellos. Sea lo que sea esa fuerza misteriosa, poder estar ahí, es siempre una experiencia inolvidable.
Vamos a acercarnos a algunos de los enclaves que, no por menos conocidos, son igual o más importantes que los más reseñados.Comenzaremos esta ruta, muy lejos del turista habitual:
El pueblo de Camañas, en la Provincia de Teruel, conserva un tesoro. En esta localidad se puede admirar una de las iglesias templarías mejor conservadas de Europa. Aunque necesitan una buena restauración, las imágenes que atesora este pequeño templo son únicas en el mundo. Preside la pequeña nave un pantocrátor románico con los cuatro tretamorfos. Pero lo más relevante son las policromías que perduran en el artesonado. Allí aún podemos escuchar, solo si prestamos atención, el galopar de estos jinetes casi mitológicos. Tras la persecución de la Orden del temple y la ejecución de su último gran maestre, el martes 13 de octubre de 1307, comenzó una eliminación sistemática de sus imágenes y símbolos en toda Europa. Es por esto que, las pinturas de caballeros templarios de esta aldea, son una de las mejores de su tipo, conservadas en el mundo.
Ermita de Santa Ana
El segundo de estos pequeños-grandes templos se encuentra escondido tras una anodina puerta de metal que parece ser un vulgar almacén. Si ya os aburen las series de streeming, este es vuestro lugar. Conseguir la llave es de por si una odisea, así que os aconsejo que intentéis poneros en contacto con el Ayuntamiento antes de ir. Se trata de la ermita de Santa Ana en la localidad tarraconense de Caseres. A los afortunados que consigan entrar les espera una enorme sorpresa. Tras pasar por la zona de almacén entrareis al interior de un templo gótico. No hay luz eléctrica en ese lugar. Allí en la oscuridad se encuentra una preciosa talla gótica de María Magdalena.
El gran tamaño y la presencia mayestática de esta escultura de piedra, no debería dejar indiferente a nadie.
Se da la casualidad, de que este pueblo fue el refugio de los últimos cátaros. En concreto, allí se refugió, la mujer del último de sus “perfectos” Guillem Belibaste. Cátaros, templarios y una imagen de María Magdalena escondida. Si, al salir de ahí, alguien no desea escribir una novela histórica, es que no tiene sangre en las venas.
El tercer lugar, como no, os invito a visitar la iglesia de la Virgen de la Carrasca, en Bordon (Teruel). Ya hace tiempo que alguien la intento rescatar del olvido con el nombre de “la Rossling española”. Este lugar también necesita una restauración pese a todo. Sus enigmáticos frescos barrocos continúan ahí para sorprender. De la época de los pobres caballeros del manto blanco se conserva una clave de bóveda y solo para los más intrépidos sala oculta donde una Tau permanece como recuerdo de los misterios que siempre acompañaran a estos fantasmas del manto blanco.
Por último, no puedo dejar pasar la iglesia de Cofita. En ella recientemente se han descubierto, bajo gruesas capas de cal, un conjunto de frescos sorprendentes. Muy cerca del castillo de Monzón han aparecido imágenes que corresponden a evangelio apócrifo de Santiago. Es este el único lugar del mundo que arqueológicamente demuestra que esta hermandad tuvo acceso directo a las versiones menos ortodoxas de estos textos.
Este ha sido solo una pequeña muestra de todas esas sorpresas que nos podemos encontrar en los lugares más humildes.
Dice una vieja frase que existen más personas que se dicen ser templarios hoy en día que caballeros existieron en toda la historia de esta hermandad de monjes guerreros. Su historia sigue siendo en parte un enigma. Lugares como estos continúan ahí para quien se atreva intente descifrarlos.
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